Instituto Superior en Educación Técnica Profesional - San Carlos de Bariloche

Herramienta de Comunicación creada para los alumnos y alumnos de la Carrera Técnico Superior en Turismo para el desarrollo y aplicación de la materia Etica Profesional.







Valores en la Organización...

Según la leyenda, Eróstrato, fue un pastor nacido en Efeso, quien empeñado en pasar a la posteridad, haciendo que su nombre se inscriba en la historia, no encontró mejor actividad que incendiar el Palacio que Artemisa, mandó a construir en honor a su esposo Mausolo.

No hubiera tenido nada de raro esta acción de luminosa pirotecnía, si no recordamos que este palacio conformaba una de las siete grandes maravillas del mundo antiguo. ¿El motivo? Como casi todas las acciones incurridas a partir de los comportamientos malévolos del hombre, muy fácil de explicar pero difícil de entender. Eróstrato tenía una avidez manifiesta de grandiosidad y poder.

Siendo un humilde poblador del Asia Menor, Eróstrato no alcanzaba a rozar siquiera ninguno de los atributos anhelados mediante su esfuerzo y su dedicación. Era incapaz de lograr sobresalir ni descollar y no era considerado ni mucho menos, reconocido. Distaban sus deseos de grandeza de su cabal realidad, pero, sabía perfectamente que el nombre de las personas quedaba grabado en los libros de historia, sólo cuando sus acciones dejan una huella imborrable, basados en los actos que realizan en favor de la humanidad.

Comprendiendo que la fama y el poder que buscaba, no solo se podrían alcanzar sobresaliendo en las actividades realizadas, ideó una fórmula contraria por la cual, todos lo recordarían, reconocerían, además de lograr lo esperado, que esta notoriedad haga pasar su nombre y figura, a la posteridad.

Con la cautela puesta en su futura acción, fue imaginando, que daño sería “reconocido” y recordado por la humanidad. Inclinándose por la destrucción del mas bello palacio que existía en Efeso. Armado de antorchas e ingente cantidad de grasa incendiaria, cumplió su propósito, el mismo día en que nació Alejandro Magno.

Eróstrato, no logró su cometido, su acción de incendiario, fue sancionada con la rotunda prohibición de que su nombre sea mencionado ni registrado en ningún libro de la historia ni sea transmitido su despropósito siquiera mediante comentarios a las generaciones venideras, agregándose que quien incumpliera este mandato sería sancionado con la pena de muerte.

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Los valores de las personas, dentro de las organizaciones, contienen elementos filosóficos vinculados con la moral y la ética. Se dice que la moral surge desde fuera, a partir de la imposición de las normas socialmente aceptadas, mientas que la ética viene de dentro, de la expresión de nuestras acciones, de la evidencia de nuestros comportamientos. El sentido de la moral es el de poner en evidencia los juicios relativos al bien y al mal, la ética reflexiona en torno a estos juicios y justifica o rechaza la moral.

La expresión de la moral surge de las costumbres impuestas por los individuos mientras que la ética, a partir de la actuación o conducta de los individuos. La interacción de moral y ética, podría compararse de manera gruesa, a la teoría con la práctica. Los valores son los elementos de sostén que mantienen, engrandecen y preservan, no solo la sociedad, sino a las diversas organizaciones que la conforman.

Los valores van a orientar y regular la conducta del hombre, sustentados en los principios de la moral y refrendados en la actuación ética. Detentar valores es crucial para manejarse dentro de los colectivos a los que necesariamente, nos adscribimos.

Se dice que los valores son los cimientos básicos de las organizaciones, ya que sin ellos se limitarían los beneficios que podrían alcanzar. La propia cultura organizacional, no es más que un conjunto de valores y creencias que, aunadas a patrones del comportamiento, van a distinguir una empresa de otra.

Uno de los principales valores es el compromiso con la organización, el mismo que se sustenta en la fidelidad o identidad que se tiene con ella y que se expresa en el profesionalismo, responsabilidad y disposición de servicio y en el cumplimiento de las obligaciones en el trabajo. Los valores en la empresa, son la convicción que poseen los trabajadores para preferir así cierto estado de cosas por encima de otras. Elegir ser honesto frente a su contrario, ser eficiente, generar confianza, trabajar con calidad, son valores apreciados en las organizaciones. Cuando los valores se alinean con el desempeño de los trabajadores y se logra el compromiso, sentido de membresía o pertenencia, la identificación y búsqueda de objetivos conjuntos, surge, casi de manera espontánea, la elevada moral para realizar el trabajo, la colaboración mutua, la confianza en los directivos y en la organización, el intenso trabajo y la productividad, en general el éxito y la realización personal y profesional.

Generar valores positivos es fundamental para acrecentar el éxito de las organizaciones, evitar patrones de maldad y alejarnos de las tentativas “erostráticas” es un imperativo que merecemos aquellos que anhelamos no solo nuestra felicidad sino, a partir de nuestro ejemplo, la de las generaciones venideras.

Fuente: http://es.shvoong.com/humanities/1747749-valores-en-la-organizacion/#ixzz1ZZVd3ACH

Leer este texto ha despertado en mi infinidad de preguntas, como docente acerca de una profesión tan apasionante como lo es el Turismo, pero por sobre todas las cosas, como ciudadana que habita y late al ritmo de esta ciudad...
¿Cuantos "Erostratos" tiene nuestra historia local? ¿Es posible pensar tan sólo en acciones individuales o se basaron en pensamientos colectivos?...
¿Quien recuerda al mentor de un proyecto como la construcción del Edificio Center? ¿De quien depende la concreción definitiva del proyecto por el Centro de Convenciones? ¿A cuantos "Erostratos" les debemos el abandono de nuestras calles y de la entrada principal de nuestra ciudad?...
Ayudemosnos mutuamente a "hacer memoria", que son las acciones, los actos humanos en si mismos, los que generan cambios históricos.

Daniela

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